La localización.
Con una superficie total de 134,65 km2 y con una altitud media de 15 metros sobre el nivel del mar, la ciudad de Valencia está enclavada en la costa mediterránea de la península ibérica, sobre la gran llanura aluvial de los ríos Júcar y Turia, justo en el centro del golfo de Valencia. Aunque en su origen la ciudad estaba ubicada en una isla fluvial del Turia. Los montes más cercanos a la ciudad son algunas de las últimas estribaciones del sistema Ibérico, como el Cabeçol de El Puig y la sierra Calderona, situados a unos 12 km y 25 km al norte de la ciudad, respectivamente.
Valencia ha sido tradicionalmente la capital de la comarca histórica y natural de la Huerta de Valencia. Sin embargo, tras la división comarcal autonómica de 1987 el municipio de Valencia ha formado por sí mismo una nueva comarca, la conocida como la «Ciudad de Valencia». De este modo, la comarca de Valencia se extiende tan sólo a la ciudad, sus pedanías, y a la Albufera.
La topografía.
La ciudad de Valencia se encuentra en el centro de la depresión valenciana, al sur del sector ibérico. Esta llanura es la de mayor planicie de toda la cuenca mediterránea española, y se encuentra en el centro de la Comunidad Valenciana. La depresión limita con la sierra Calderona al norte, con las montañas de la serranía del Turia al noreste, con la sierra de las Cabrillas al oeste, con el macizo del Caroig al suroeste y con el Mondúver por el sur.
Su origen se debe, en un primer momento al proceso de hundimiento del golfo de Valencia, iniciado hace unos 6 millones de años, y en un segundo lugar, al proceso de colmatación de la zona por el aporte sedimentario de los ríos Palancia, Turia y Júcar, principalmente. Este proceso se vio acelerado por la baja acción erosiva del mar, y en los últimos tiempos por la acción antrópica, ya que el hombre ha acelerado el proceso de colmatación de las zonas húmedas mediante aterramientos selectivos.
No toda la depresión es una llanura perfecta, ya que las zonas extremadamente llanas más próximas al litoral están conectadas con extensos piedemontes interiores, como son e lpla de Cuart o el campo de Liria. También cabe destacar que la llanura se encuentra salpicada por pequeñas lomas que rompen la unidad, como el Cabeçol de El Puig, la montaña de los Santos de Sueca, la sierra Perenchisa de Torrente o la montaña de las Zorras de Cullera.
Los paisajes tradicionales de esta unidad de relieve son los campos de cultivo de la huerta y las zonas húmedas, como la albufera de Valencia y los marjales de Rafalell y Vistabella y del Moro.
La red fluvial y de irrigación en la que se enclava la ciudad de Valencia.
El río que atraviesa la ciudad es el Turia. Este es un río nace en la muela de San Juan de los montes Universales, término municipal de Guadalaviar (Teruel), y tras 280 km de recorrido desemboca al norte de la playa valenciana de Pinedo. Debido las consecuencias fatídicas de sus crecidas que han producido una gran cantidad de daños materiales y personales a lo largo de la historia, se ha desviado el cauce de manera que se evitan tanto posteriores inundaciones, así como se generan nuevas infraestructuras para el crecimiento de la ciudad.
Tradicionalmente se ha utilizado el agua del Turia para la irrigación de los campos de cultivo, para lo cual se desarrolló una compleja red de irrigación, cuyo eje fundamental son las acequias de la vega de Valencia. Estas acequias toman sus aguas de los últimos caudales del río, aguas abajo del azud de la acequia de Moncada. Finalmente las escorrentías y aguas sobrantes del Turia se aprovechan para la acequia del Oro y los regadíos de Francos y Marjales de Valencia.
El clima.
El clima de Valencia es el clima mediterráneo típico, el cual se caracteriza por ser un clima suave y húmedo. La temperatura media anual en la ciudad es de unos 17,8 °C, lo cual hace que posea un clima sin temperaturas extremas, y con una amplitud térmica media que oscila entre los 11,5 °C de enero y los 25,5 °C de agosto. A pesar de que las precipitaciones se distribuyen de manera estacional (con mínimos muy marcados en verano, y máximos en los meses de otoño por el efecto de la gota fría), se contabilizan precipitaciones anuales superiores a los 450 mm.
De este modo, el clima de Valencia presenta un verano cálido y seco, ya que los meses estivales siempre tienen temperaturas medias superiores a los 20 °C y precipitaciones inferiores al 15% del total anual, sucedido por un otoño lluvioso, donde se concentra cerca del 40% de las precipitaciones, y un invierno suave, con temperaturas medias nunca inferiores a los 7 °C. Pese a esto, no es raro que en invierno se produzcan olas de frío, las cuales se deben al desplazamiento de masas de aire frío, como los frentes polares, hacia las bajas presiones del área mediterránea. Por otro lado, la ciudad suele sufrir en verano olas de calor, las cuales se deben a la llegada de frentes cálidos procedentes del Desierto del Sahara. Otro rasgo característico del clima de Valencia es que la ciudad cuenta con 2 660 horas de sol cada año, lo cual equivale a más de 300 días.
Finalmente, puede destacarse que el clima de Valencia es muy irregular ya que se suceden largos períodos de sequía con algunos años muy húmedos, así como años muy calurosos, seguidos de años especialmente fríos.
Los riesgos naturales principales en la ciudad de Valencia.
El principal riesgo natural que sufre la ciudad de Valencia son las inundaciones, ya que a lo largo de la historia la ciudad El Turia se ha desbordado en varias ocasiones. El más grave fue el ocurrido el 14 de octubre de 1957, cuando se produjeron precipitaciones superiores a los 300 mm/m² en buena parte de la cuenca hidrográfica del Turia, las cuales originaron dos ondas de crecida sobre Valencia que inundaron la mayor parte de la capital valenciana, causando la muerte a más de 80 personas, además de cuantiosos daños materiales. Tras esta riada se proyectó desviar el cauce del Turia por el sur de Valencia, con el proyecto llamado Plan Sur.
Otro riesgo que suele afectar a la zona mediterránea de la península Ibérica son las olas de calor y de frío. Valencia sufre cada año en los meses veraniegos varias alertas por olas de calor, las cuales son según la Agencia Estatal de Meteorología un período de al menos 3 días con temperaturas anormalmente elevadas. Estas olas de calor pueden provocar los denominados golpes de calor, causantes incluso de muertes. Por el contrario, en los meses invernales el peligro viene por las olas de frío, ya que las temperaturas pueden llegar a caer puntualmente por debajo de los 0 °C. Esto se debe a la irrupción de corrientes de aire gélido procedentes del Ártico o de Siberia en el territorio valenciano. Las principales consecuencias de las olas de frío son los cortes de carreteras por placas de hielo o el peligro de hipotermia.
El riesgo sísmico también afecta a Valencia, ya que la ciudad se encuentra en una zona de moderada peligrosidad sísmica. A lo largo de la historia Valencia ha sufrido varios terremotos, siendo unos de los más fuertes el registrado el 16 de septiembre del 2003, el cual tuvo una magnitud de 4,2 en la escala Richter, aunque ese no fue el de mayor intensidad, ya que en los años 1823 y 1904 la ciudad también sufrió sendos terremotos de intensidad 5. Hay que destacar que a lo largo de los años 2010 y 2011 se produjeron 16 terremotos, aunque todos ellos de baja intensidad, entre 1,5 y 2,8 grados de la escala Richter.
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